Por Eric Martin, Bloomberg News
CIUDAD DE MÉXICO — Después de meses de inquietudes de inversores que afectaron todo desde la moneda mexicana hasta su pronóstico de inflación, la economía de la nación está teniendo una buena racha.
Un reporte del 24 de julio mostró que la tasa de inflación anual cayó a comienzos de julio en una mayor cantidad desde enero, sugiriendo que el ritmo de los aumentos de los precios de consumidores puede que finalmente se estabilice después de un año de aceleración. Otro indicador clave publicado el mismo día mostró que el crecimiento fue mayor a los que los analistas esperaban en mayo, y el Fondo Monetario Internacional (IMF) aumentó el pronóstico de crecimiento de 2017 de la nación días después que la delegada principal Christine Madeleine Odette Lagarde, directora gerente del IMF desde el 5 de julio de 2011, alabó la resistencia de la economía.
Sume a todo esto el panorama de crédito mejorado reciente de S&P Global Ratings, y las cosas repentinamente se ven un poco mejor para la segunda economía más grande de América Latina. Este es el tipo de buenas noticias que fue presagiado por inversores que apuestan en el peso, convirtiendo a la moneda en la de mejor rendimiento del mundo en 2017 después de comenzar el año con una caída al nivel más bajo mientras Donald Trump se preparaba a tomar la presidencia y amenazaba quebrar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
“Vemos señales tempranas de que la inflación está en su pico”, dijo Alberto Ramos, economista en jefe de América Latina en Goldman Sachs Group Inc. “El ruido alrededor del comercio y la relación bilateral con EE.UU. ha disminuido significativamente”.
El salto en las expectativas de inflación a comienzos de este año en medio del aumento del precio de la gasolina y la caída del peso llevó al Banco de México a ir en contra de pares incluyendo Brasil y Rusia y aumentar la tasa central en siete decisiones consecutivas a 7 por ciento, el nivel más alto desde 2009. Los legisladores señalaron el mes pasado que el ciclo de ajustamiento se terminó.
El peso ha subido un 22 por ciento a niveles más fuertes que 18 por dólar desde que el Sr. Trump asumió la presidencia el 20 de enero, fomentado por expectativas menores del fin del TLCAN o una revisión que dañaría la economía de México. EE.UU., México y Canadá comenzarán charlas en agosto para actualizar el acuerdo, y en meses recientes oficiales de la administración de Trump han indicado que un acuerdo eventual podría beneficiar a todas las tres naciones.
Como resultado, México está siendo recompensado en el mercado de valores y la confianza de inversores en el pronóstico financiero de la nación está mejorando.
Aún la economía mexicana no está fuera de peligro. Las charlas sobre el TLCAN aún podrían traer malas noticias inesperadas o la volatilidad del peso. La tasa de inflación, mientras que se redujo a comienzos de julio, no bajó tanto como los economistas pronosticaron, y todavía podría aumentar hasta casi un 6.5 por ciento en agosto antes de bajar para fines de año, dijo el Sr. Ramos de Goldman Sachs.
En general, el panorama ha mejorado significativamente desde el comienzo del año, cuando parecía posible que México perdería el control de su moneda, llevando a fugas de capitales.