DETROIT — Ford Motor Co. recientemente anunció que abrirá una planta de fabricación de autos pequeños en México al 2018, creando 2,800 empleos.
El candidato presidencial republicano Donald Trump llamó la decisión “una desgracia absoluta”, revitalizando su criticismo anterior de Ford por elegir un lugar para la planta que no era EE.UU.
Ford, con sede en Dearborn, Michigan, es solo uno de los últimos fabricantes en sumar producción en México debido a sueldos más bajos y leyes de comercio más favorables. Pero el Sr. Trump ha distinguido solo a Ford en su campaña, aún al amenazar una tarifa del 35 por ciento en los vehículos de Ford construidos allí e importados a EE.UU.
¿Es el tema de por qué compañías estadounidenses invierten globalmente un tema justo? Absolutamente.
Una exploración profunda de la política industrial de EE.UU. está muy atrasada. Pero el asunto merece una discusión franca y abierta que involucre a todos los depositarios de EE.UU., incluyendo fabricantes, líderes de sindicatos, legisladores y creadores de políticas gubernamentales.
El asunto es demasiado complejo e importante para reducirlo a mensajes por Tweeter y fragmentos de entrevistas de campaña diseñados para el consumo público.
Lo que se ha dicho en público ha creado más discusión que soluciones. El Sr. Trump asevera que Ford está edificando operaciones en México al costo de los trabajadores estadounidenses. Pero Mark Fields, el CEO del fabricante de autos, responde que Ford ha invertido $10 mil millones y sumado 25,000 empleos en EE.UU. desde 2011.
Y no se ha mencionado que México ha estado persiguiendo activamente la capacidad de fabricación automotriz al refinar su política industrial, invertir consideradamente en infraestructura, educación, entrenamiento y reducción impositiva para atraer a fabricantes y proveedores automotrices; y al negociar docenas de acuerdos comerciales bilaterales, es cómo México se convirtió en un centro de exportación de automóviles.
Compare eso con la parálisis legislativa de EE.UU. en un Congreso cada vez más polarizado.
Las compañías automotrices cuidadosamente pesan varios factores, incluyendo los pros y contras de países individuales, para manejar la producción global. Los trabajadores y contribuyentes de EE.UU. merecen un gobierno que sea de la misma manera atento y efectivo.
Este artículo editorial apareció en Automotive News, una publicación hermana con sede en Detroit de Tire Business.