CIUDAD DE MÉXICO — El automovilismo de carrera y sus aficionados tienen su propia “cultura”, y entre las ofertas que hicieron que el reciente Grand Prix Mexicano se viera y sintiera diferente estuvieron los sombreros mexicanos “charro” de ala ancha que los tres primeros pilotos usaron en el podio de ganadores después de la carrera.
Engalanados con el logo de Pirelli, los sombreros reemplazaron las gorras de béisbol que los conductores usan tradicionalmente mientras reciben los trofeos del primer, segundo y tercer puestos. Comprensiblemente, en esta ocasión no se lanzaron los sombreros a la multitud, al abrirse los corchos de champaña y comenzar el delirio, un destino más comúnmente alcanzado por la más ordinaria gorra de béisbol.
Y hablando del béisbol, la pista de carreras rediseñada y recubierta del Grand Prix pasaba por el medio del estadio Foro Sol, el cual se utiliza también como un estadio de béisbol y para conciertos de rock.
El diseño de asientos del estadio dio una estimación de 30,000 fans, de un total de 120,000 en el circuito, una vista única y cercana de la carrera mientras que el ambiente creado se parecía al de una plaza de toros durante una corrida de toros. La multitud gritaba su aprobación cada vez que el héroe nacional de carreras Sergio (Checo) Pérez aparecía en su auto Force India.
Y para sumar al ambiente festivo, había mariachis, junto con un coro de niños indígenas del estado de Oaxaca y una banda militar. La publicidad de Pirelli alrededor del perímetro fue evidente y resaltaba prominentemente durante la cobertura televisiva del Grand Prix.
Fox Sports televisó el evento en América Latina y en un video inusual tuvo al campeón mundial de F1 Lewis Hamilton lanzándose alrededor del ring en una lucha con un oponente enmascarado. Fue, por decir lo menos, graciosísimo.
La lucha libre tiene un gran seguimiento en México.
Stephen Downer es un escritor freelance ubicado en México que cubre ese país y América Latina para Tire Business y su boletín de noticias digital de América Latina.